Adicción al tabaco – Reporte de investigación
¿Qué investigaciones se están realizando sobre el consumo de tabaco?

Los nuevos conocimientos científicos pueden ayudarnos a comprender mejor la adicción a la nicotina e impulsar la creación de mejores estrategias de prevención y tratamiento.

Genética y epigenética

Se estima que entre el 50 y el 75% del riesgo de adicción a la nicotina es atribuible a factores genéticos.221 Un grupo de genes (CHRNA5-CHRNA3-CHRNB4) en el cromosoma 15 que codifican las subunidades de proteínas α5, α3 y β4 que componen el receptor cerebral de nicotina221–223 están particularmente implicados en el tabaquismo y la dependencia de la nicotina entre las personas de descendencia europea. La variación en el gen CHRNA5 afecta la eficacia de la terapia combinada de reemplazo de nicotina, pero no la de la vareniclina.224 Otra investigación identificó genes que influyen en el metabolismo de la nicotina y, por lo tanto, en la cantidad de cigarrillos fumados,225 la respuesta a la medicación204,205 y las probabilidades de lograr dejar de fumar.226 Por ejemplo, la respuesta terapéutica a la vareniclina está asociada con variantes de los genes CHRNB2, CHRNA5 y CHRNA4, mientras que la cesación relacionada con el bupropión está asociada con variación en genes que afectan el metabolismo de la nicotina.227

Fumar puede también conducir a cambios persistentes en la expresión genética (cambios epigenéticos), los que pueden contribuir a consecuencias médicas relacionadas en el largo plazo, incluso después de dejar de fumar.228 Los cambios epigenéticos podrían servir como un posible biomarcador de la exposición al humo del tabaco antes de nacer. Los investigadores hallaron cambios relacionados específicamente con el tabaco en 26 sitios del epigenoma, y esta pauta predijo la exposición prenatal con una exactitud del 81%.229 Un metaanálisis en gran escala de los cambios epigenéticos asociados con la exposición prenatal al humo del cigarrillo también identificó muchos cambios epigenéticos que persistieron en la niñez avanzada.230 Es necesario realizar más investigaciones para comprender los impactos que estos cambios tienen sobre la salud a largo plazo.

Neuroimagenología

Tecnologías de vanguardia de neuroimagenología han identificado cambios en el cerebro asociados con la dependencia de la nicotina y el tabaquismo. Utilizando imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf), los científicos pueden visualizar el cerebro de los fumadores cuando responden a señales asociadas con el cigarrillo que pueden desencadenar la compulsión de fumar y la recaída.231 Esa investigación podría llevar a la identificación de un biomarcador que indique el riesgo de recaída y se pueda utilizar para monitorear el progreso del tratamiento, y también señalar las regiones del cerebro que participan en el desarrollo de la adicción a la nicotina.29

Una tecnología de neuroimagenología llamada resonancia magnética funcional en estado de reposo (rsfMRI, por sus siglas en inglés) revela la actividad cerebral intrínseca cuando las personas están alertas pero no están realizando una tarea específica. Utilizando este técnica, los investigadores están examinando el perfil neurobiológico asociado con la abstinencia y la manera en que la nicotina afecta la cognición.232 Las comparaciones entre fumadores y no fumadores sugieren que la nicotina crónica podría debilitar la conectividad en los circuitos cerebrales que participan en la planificación, la concentración y el control del comportamiento, lo que posiblemente contribuya a la dificultad asociada con dejar de fumar.233 Los estudios de IRMf también revelan el efecto de los medicamentos para dejar de fumar en el cerebro, particularmente la forma en que modulan la actividad de diferentes áreas del cerebro para aliviar los síntomas de abstinencia y reducir el consumo de cigarrillos. Un análisis de estos estudios sugirió que la terapia de reemplazo de nicotina mejora la cognición durante la abstinencia a través de la modulación de la actividad en áreas de la red neuronal por defecto, pero puede no afectar los circuitos neuronales asociados con la adicción a la nicotina.234

Algunas técnicas de imágenes permiten que los investigadores visualicen los neurotransmisores y sus receptores, lo que brinda más información para comprender mejor la adicción a la nicotina y su tratamiento.27 Utilizando estas técnicas, los investigadores han establecido que fumar aumenta la cantidad de receptores de nicotina en el cerebro. Las personas que muestran un mayor aumento de los receptores tienen menos probabilidades de dejar de fumar.28 La combinación de la neuroimagenología y la genética puede generar información particularmente útil para mejorar y adaptar individualmente el tratamiento. Por ejemplo, los adolescentes no fumadores con una variante particular en el grupo de genes CHRNA5-CHRNA3-CHRNB4 (que está asociado con el tabaquismo y la dependencia de la nicotina) mostraron actividad cerebral reducida en respuesta a la recompensa en el estriado y también en la corteza orbitofrontal y del cíngulo anterior. Este hallazgo sugiere que la genética puede influir en la forma en que el cerebro procesa las recompensas, lo que puede afectar la vulnerabilidad a la dependencia de nicotina.235 Los estudios de neuroimágenes y genética también demuestran que otros genes, incluidos los que influyen en la neurotransmisión de dopamina, influyen en la sensibilidad a las recompensas y en el riesgo de adicción a la nicotina.236